Dicen los conspiranoicos que
existe una especie de élite mundial. Un gobierno de poderosos en la sombra que
decide lo que va a suceder en el mundo a corto y medio plazo, y que manipula
gobiernos, grandes compañías multinacionales, medios de comunicación y mercados
financieros. Que manejan incluso la opinión mundial. Unos lo llaman Club de Bildelberg,
otros iluminatti, otros Trilateral, Foro de Davos, Club de Roma y hasta hay
quien lo llama masonería. Tonterías. Yo creo que el hecho de que a todos los
medios de comunicación, a todos los gobiernos, a todos los “artistas” del cine,
a todas las modelos, a todos los partidos políticos y a todo el que tenga algo
que ver con el Poder, les dé por una misma cantinela simultánea en todo el
mundo, es pura coincidencia. Cosas de la globalización. Me Too, por ejemplo.
Pues ahora a todo el mundo
le ha dado, no por exaltar de manera irracional a la mujer, sino por rebajar,
degradar y despreciar al hombre, llegando incluso a representarlo como un cerdo.
Y no es broma, que ayer mismo, en la Semana de la Moda de Nueva York, hubo un
desfile de moda en el que las modelos, mujeres maltratadas, iban acompañadas de
un hombre con careta de cerdo. No por ser su maltratador, sino por ser hombre,
supongo. O el ya mencionado en otro artículo, anuncio de la Junta de Andalucía,
donde igualmente el hombre aparece como un cerdo. Cosas de la globalización,
insisto. Me Too.
Pues ahora, si sabes lo que
te vale, si quieres ser alguien y participar en tertulias, conferencias y
debates, aunque sea de oyente, tienes que saber lo que es La Brecha. Así, sin más. Y no se te ocurra preguntar qué es la
brecha porque serás señalado, reprendido y te afearán la conducta. Por si no lo
sabe usted o por si usted no es un ciudadano debidamente global, le explico que
La Brecha es la ignominiosa, humillante
e inadmisible diferencia salarial entre los hombres y las mujeres. Así, sin
más. En España y en el resto del mundo, podemos afirmar sin miedo a
equivocarnos, que a la mujer se le paga menos sueldo que al hombre por un mismo
trabajo. Y a pesar de eso, los empleadores, que son tontos, siguen contratando
hombres. Inexplicable pero cierto. Tan inexplicable como que yo, que como digo
siempre, soy togagüevos, me he ido a
consultar las cifras. Y como en un debate sobre un artículo anterior ya salió
este tema, me perdonará usted que me auto cite:
“Jamás me
han ofrecido un 20% más de sueldo que a ninguna mujer. Es más, si eso fuese
cierto, los hombres no encontraríamos ningún trabajo. El 15,7% del empleo en
España es empleo público ¿conoce usted un solo caso de empleada pública que
cobre un 20% menos que un compañero del mismo nivel? Yo tampoco. El 17,89% de los
empleados en España son autónomos ¿Conoce usted a alguien que pague menos a un
autónomo si es mujer que si es hombre? Yo tampoco, el autónomo cobra a trabajo
hecho y según el presupuesto que haya pasado. Del resto del empleo, un 39,6%
son micoroempresas, de 1 a 9 trabajadores, donde no creo que el criterio de
selección sea el sexo, como mucho el parentesco; un 5% medianas, de 10 a 49
trabajadores, donde me parece complicado que se pueda mantener una diferencia salarial de un 20% entre
gente que hace un mismo trabajo a diario, codo con codo; un 0,8% de medianas y
un 0,2% de grandes. Por muchas cuentas que
echo, la diferencia salarial entre hombres y mujeres tendría que ser tan
bestial en las medianas y grandes empresas, que no sería creíble que una sola
mujer trabajara allí. A ver si va a ser que los empleos mejor pagados son los
menos demandados por las mujeres: por ejemplo, en ingenierías la proporción
hombres-mujeres es 80/20%; en seguridad, ejército, policía, etc. por ahí anda;
en la pesca, ni hablamos; la mina, no se cuenta... Si preguntamos entre los profesionales
mejor pagados, también hay diferencias notables: controlador aéreo: 1/3 de
mujeres; piloto, 3% de mujeres; directores de grandes empresas 79/21%; notario
en cambio, ya deben andar al 50-50; y en la última promoción de registradores
de la propiedad, el 80% eran mujeres; cirujanos, 70-30 a favor de los
hombres... ahí tiene usted su 20%”
Recientemente
decía Ana Botín, por cierto, mujer y Presidenta del banco más grande de España
y uno de los más grandes del mundo, que cuando busca una mujer entre los
candidatos para destinar a alguien a un país lejano, no suele encontrarla. La
muy machista.
¿Pues sabe
usted lo que le digo? Que a pesar de todos esos datos manipulados y hetero patriarcales,
le brecha existe. Y se lo voy a demostrar: ante un mismo empleo, cobran mucho
menos sueldo una policía en Madrid que un mozo de escuadra en Casteldefells; una
médico en la sanidad pública de Extremadura, que un médico en la sanidad
pública vasca; una profesora de Castilla y León, que un profesor en Baleares…
Efectivamente, al menos en España, la
verdadera brecha salarial no es la que diferencia el sueldo de los hombres y
las mujeres, sino la que ante idéntico trabajo paga sueldos con diferencias de
hasta un 20% entre comunidades autónomas. Eso por no hablar de las irritantes
diferencias de sueldo ante un mismo trabajo, si desarrollas ese trabajo desde
antes de la crisis o si te lo han ofrecido después. Ahí las diferencias llegan
hasta el 50 y el 60%. Pero esa no es La Brecha que nos interesa, qué le vamos a
hacer.
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