viernes, 4 de noviembre de 2016

Carajal autonómico

A partir del año 1979, los sucesivos gobiernos del UCD y PSOE, tuvieron que desarrollar el mandato constitucional de vertebrar (o desvertebrar) España en comunidades autónomas. No sé -aunque imagino que sí- si eso supuso para ellos un problema. No solo político sino además filosófico, histórico y moral. En primer lugar, nuestros flamantes padres constituyentes habían inventado una nueva forma de administración. Si hasta entonces las unidades territoriales que integraban un estado, eran los estados federados o las provincias, en 1978 surgieron, para asombro del mundo, las comunidades autónomas, que no eran ni una cosa ni la otra sino todo lo contrario. De hecho, a día de hoy no sabemos cuáles son los límites del poder territorial ni político de una comunidad autónoma. Fue una obra maestra -nos decían- porque se trataba de que los territorios “periféricos” se “sintieran cómodos” en España. Es decir, por primera vez en la Historia del Derecho Constitucional Comparado, se publicaba una constitución para contentar a aquéllos que no querían estar integrados en esa constitución. Más aún: que se sepa en Geología, los territorios no sienten nada. Pueden sentirlo sus habitantes, y desde luego en el 79 los separatistas no eran ni el veinte por ciento de ninguna región española. Se sorprenderían los más jóvenes. Bien, no parece mala idea en todo caso, pero igual era mejor idea contentar a los que sí querían esa constitución. Lo malo  es que, a día de hoy, no sólo los que había que integrar siguen sin “sentirse cómodos” en España, sino que además han empezado a sentirse “incómodos” Galicia, Valencia, Asturias, Baleares… Una obra maestra, vamos.

Pero claro, como para integrar a los que no querían ser integrados había que buscar una justificación, se recurrió -cómo no- a lo que sistemáticamente han recurrido los nacionalistas en todo tiempo y lugar, a la Historia ¡Malhaya el que descubrió que la Historia sirve para justificar cualquier atrocidad! Y Dios se apiade de los que estudiamos Historia. En vista de que había que buscar una justificación histórica al desmán, Castilla se dividió en dos partes “históricas”. Es decir, se retorció lo que siempre había sido una división geográfica, Castilla La Nueva y Castilla La Vieja divididas por el Sistema Central. Además, se aplicó otra división geográfica con pretensiones históricas, desgajando una parte más, para darle el nombre de una comarca vitivinícola: La Rioja, que además ni ocupaba todo Logroño ni era exclusiva de Logroño. Una tercera parte de Castilla alegó motivos geográficos, que alguien debió entender como “históricos”, para crear una cuarta división: Cantabria. Santander se arrogaba la propiedad de un mar que compartía con Galicia, Asturias y los territorios -cómo no, históricos- vascos. Algún motivo “histórico” habrá, pero a mí se me escapa.  Por el Sur, un nuevo atropello geográfico-histórico se cometió para convencer al mundo de que, cuando los pastores de La Mesta recorrían Castilla para “ir a extremos”, lo hacían para salirse del Reino e ir otro reino distinto, llamado Extremadura. Lo malo es que eso, aparte de insostenible, es una soberana estupidez.

No quiero extenderme con cuestiones también sorprendentes como la existencia del Reino de Murcia o su duración, al que por cierto perteneció Albacete; o el trato de igual a igual de León con los restos que quedaron de Castilla. Puedo además aportar datos tan sorprendentes como la existencia de una pintada en Segovia, junto al Polígono Industrial El Cerro que dice “Castilla no es España”. Y se debió quedar tan a gusto, el patán. Pues claro que Castilla no es España, animal. Ni Galicia ni Cataluña ni Aragón… lo son todas ellas juntas y alguna más. Independientemente de lo que a ti te parezca o lo que tú “sientas”. Tu mano derecha es tu mano derecha con sus cinco dedos. Y si le cortas tres dedos -a poder ser, que uno de ellos sea el de usar el spray- seguirá siendo tu mano derecha, pero estará incompleta. Tu dedo índice solo, no es tu mano, por supuesto; pero ni tu mano es tu mano sin él, ni por supuesto tu dedo es nada sin tu mano. No sé si lo entenderás…

Si los ponentes constitucionales, tan sabios ellos, hubiesen comprendido que la pertenencia a un territorio u otro, no ha supuesto jamás base filosófica para ninguna teoría política, otro gallo nos habría cantado. Si hubiesen sabido de verdad Historia, habrían comprendido que la tolerancia con el nacionalismo solo ha traído guerras, entre ellas dos de escala mundial. Si además hubieran sabido que todo nacionalismo es expansionista y violento, igual ahora también tendríamos problemas. Pero serían los mismos problemas que tienen los países civilizados. Los problemas normales de la gente normal. No esto…


Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

lunes, 31 de octubre de 2016

Fe, Esperanza y Solidaridad

Sí, yo estoy entre ellos. Entre esos a los que tú nunca conoces; de los que salen en las encuestas como “Familia con todos sus miembros en paro”. Y tú te crees que son los típicos caras de un pueblo de Sevilla, de Córdoba o de Badajoz, que están todos apuntados al paro y además hacen sus ñapas en negro. Pero que en realidad eso no existe. Que si existiera “estaríamos a tiros por las calles”. Pues existe. O por mejor decirlo, existimos. Lo que pasa es que no quiero -yo no hablo más que en mi nombre- darte pena. No quiero tus ayudas ni tus subvenciones. No quiero tu limosna. Quiero que me devuelvas todo el dinero que durante años te has estado quedando de mis nóminas. Aunque sé que eso no es posible, que no voy a ver ni el cuarenta por ciento de ese dinero, porque “somos solidarios”. Es decir, porque se lo vas a dar a otros que, en muchos casos -demasiados-, ni han trabajado ni han aportado nada a esa caja. Una caja que por supuesto debe existir. Porque la vida es imprevisible, porque nunca sabemos qué es lo que puede ocurrir, pero que no entiendo por qué tiene que estar abierta a todo el que llegue. No entiendo por qué solo unos tenemos la obligación de llenarla y todos, el derecho a vaciarla.

A lo mejor es que no soy “solidario”. Pero es que claro, tienes que comprender que yo ya tengo una edad y en mi época la solidaridad se llamaba Caridad. Y entonces era una opción individual. Un sentimiento que te obligaba a compartir con los más necesitados lo que a ti te sobraba. Pero entonces lo hicieron obligatorio, pasó a decidir alguien por ti lo que querías compartir y con quien querías compartirlo, y sobre todo quienes eran los necesitados; y se empezó a llamar solidaridad. Hasta tal punto fue un éxito, que ya ni en misa oyes la palabra Caridad. Ahora los curas son solidarios. Y supongo que las Virtudes Teologales son Fe, Esperanza y Solidaridad. ¿Pero sabes lo malo? Lo malo es que esos agraciados con una parte del pastel que ellos no han contribuido a cocinar, no te lo van a agradecer nunca. Que va, al contrario. Estarás obligado a mantenerles, a darles su dinero, mi dinero, porque si no, no serás solidario. Y claro, visto lo visto, que alguien te acuse hoy día de no ser solidario, puede ser una mancha indeleble en tu carrera política.

Sí, sí… ya entiendo lo de las carreteras, los hospitales y los bomberos. Pero es que, vamos a ver, que uno es de Letras y por tanto poco versado en el asunto de los dineros: si a mí me dieran el veintiuno por ciento de los millones de compra-ventas que a diario se hacen en España; si además me dieran casi el cincuenta por ciento de todas las nóminas que mensual, semanal y diariamente se pagan en España; y además me dieran anualmente entre el diez y el ochenta por ciento del valor de todas las propiedades que tienen los españoles; y entre el veinte y el cien por ciento del patrimonio de cada español que se muere; te juro que las carreteras serían todas autopistas, incluidas las comarcales. Te juro además que los hospitales no tendrían nada que envidiar al Ruber Internacional y que los bomberos del pueblo más insignificante contarían con medios aéreos. Y si yo, que como te digo soy de Letras y manejo mal los dineros, soy capaz de comprometerme a todos eso, la pregunta es ¿dónde va todo el dinero que falta? ¿A solidaridad, quizá?

Mira, te propongo una cosa: quédate con todo el dinero que me has quitado. No lo quiero. A cambio, déjame en paz. Déjame que cree empresas, que monte negocios, que trabaje y que cree puestos de trabajo. Todo ello sin cobrarme miles de euros antes de empezar. Yo te juro que si gano dinero, te daré una parte. Seré solidario y tú podrás serlo también ¿Hecho?

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

jueves, 29 de septiembre de 2016

Tontos sin fronteras

Pues, señoras y señores: hasta aquí hemos llegado. Como uno está harto de tener que escribir para lectores paletos, iletrados y de medio pelo, declaro solemnemente que a partir de hoy mismo, pienso escribir con el habla normal de la calle. Pienso escribir como se habla y como mejor se entiende, y el que no entienda que espabile. He dicho.

Y dicho esto, digo: cuando quiera referirme a una estrategia, tendrán ustedes que saber por qué hablo de coaching. Por supuesto, si su ignorancia les lleva a desconocer que hablo de rebajas cuando digo out let, es problema suyo. Y si eso les molesta, es que no tienen ustedes el feeling correcto. Vamos, que no se enteran. Si cuando digo que vamos a hacer un casting, ustedes se creen que estoy hablando de un reparto, es que su ignorancia es mayor de lo que yo creía. Gente de esa, que se cree que ir a un brunch es tomar el aperitivo o que un after work es quedar a tomar una copa por la tarde. Claro, así no me extraña que todo el mundo pase de usted en su oficina y usted, como tonto, pensando que le están haciendo bullying. Aunque claro, es usted capaz de llamar events a las presentaciones, exposiciones, meriendas e incluso funerales. Así cómo va a extrañarle que nadie la haya llamado para la Madrid Horse Week o para La Madrid Fashion Week; ni siquiera para la Fashion`s Night Out vale usted. Ande, ande patoso, que no se entera usted de nada. Vamos, que no está usted on line. Así es imposible que usted se entere de los Funny Days de Citroën, ni mucho menos de las ofertas de Peugeot Finnancial Services. Y ya de que Nissan es Innovation that Excites, ni hablamos, claro. Yo le recomendaría beberse una cerveza Corona: This is living. O bien que acudiese a Ruphert, que aparte de un gran estilista, es mucho más americano que los americanos. Esos mediocres que sólo se llaman Rupert…

Pero seamos positivos, que no todo van a ser reprimendas y admoniciones (reprimands & admonitions). Como no sé si usted, cuando queda en la recepción de un hotel, ha quedado en el lobby o en el hall, le sugiero que me espere en el pub tomando unos smoothies. Si no hubiera puede usted pedir unos batidos o unos zumos. Espero que no tenga usted mucho jet lag, si acaso un poco de paliza del vuelo, porque voy a pasar a recogerle para asistir a una performance que hay justo allí al lado. En todo caso, no se de mucha prisa: si no llegamos podremos ir a una actuación cualquiera. No tengo ni que decir que nada de estilo cool ni fashion, todo casual: Street style y como mucho algo vintage, pero nada más. No vayan a pensar que vamos a la moda o de calle con el sombrero de mi abuelo. Que hay mucho malpensado por ahí.

Y mucho idiota.


Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

Campo de Polo

Nuevo vídeo. Esta vez se trata de un paseo de mi dron, por el Campo de Polo. Como alguien ha dicho que la música resulta un poco tétrica, aclarar que hoy día es muy difícil enfrentarse al "Ejército Imperial" de la SGAE.

Espero que les guste.

viernes, 24 de junio de 2016

Lo dijo Hobbes

Ahora resulta que en nombre de no se sabe qué extraños derechos "sociales", se patea sin piedad la libertad del individuo... y nadie en Europa dice nada. Yo creo que eso es lo que ha hecho reaccionar a los británicos: para ellos, desde hace ochocientos años, para los franceses desde hace más de doscientos y para nosotros, creo que nunca, los derechos del individuo han estado por encima de todo lo demás. Parlamento, Gobierno o Justicia existían por y para garantizarlos. Ahora parece que los derechos son colectivos y los tienes, no por ser una persona sino por pertenecer a un grupo: mujeres, inmigrantes, parados, minusválidos, catalanes, gays o desahuciados. Naturalmente que nadie puede ser discriminado por pertenecer a ninguno de estos grupos, faltaría más. Ni a estos ni a ningún otro. Pero eso no puede hacerse a base de darles más o mejores derechos que a los demás. Algún imbécil inventó en su momento la aberración jurídica de la “discriminación positiva”, y otros miles y millones de imbéciles lo repitieron con alegría y con muy poca reflexión. La discriminación es en sí misma negativa. Tiene el mismo sentido que la violación cariñosa o que la humillación amble. Un oxímoron. Discriminar es dar mejores derechos a unos que a otros, y si se los damos a un grupo, estamos discriminando al resto.

Lo que quiero decir es que se OTORGAN derechos en función de la capacidad de presión que cada uno tenga. O peor, por el "buenismo" de que el Gobierno está para ayudar a los más necesitados, lo cual es totalmente falso, pues al afirmar eso lo que se está justificando es la existencia del Poder en la existencia de la necesidad. Y si no tiene necesitados, se inventan. Y no, señores, el Poder es un Leviatán al que hay que tener vigilado. Lo dijo Hobbes, no yo, y tenía toda la razón. Es como si el árbitro de un partido de fútbol estuviera para favorecer al equipo que va peor en la liga o al que tenga más lesionados. Más bien, a lo que debe dedicarse es a garantizar que todos cumplen las reglas. El resultado es asunto de los dos equipos, de sus entrenadores, de sus jugadores y de cómo jueguen. El problema es que, en mi opinión, los derechos son inherentes al ser humano, sea cual sea su condición. Y no tiene que otorgarlos nadie. Por eso no se puede legislar favoreciendo a nadie en nombre de la discriminación centenaria que haya sufrido el grupo al que pertenece, ni de memoria histórica alguna. Si determinamos que la mitad de una lista electoral tiene que ser integrada por mujeres, estamos discriminando a los hombres, pasara lo que pasara hace cien años. Cuando, por cierto, ni todos los hombres tenían acceso a las listas electorales ni todas las mujeres estaban discriminadas. Si determinamos que, solo los que tuvieran un abuelo en el bando republicano, tienen derecho a cobrar del dinero de todos para buscar su cuerpo, estamos discriminando a los que tuvieron un abuelo en el otro bando. Donde por cierto, tampoco todos pudieron buscar el cuerpo de su abuelo. Si admitimos que exista una concejalía de “LGTB”, que gaste nuestro dinero en atender los supuestos problemas de lesbianas, gays transexuales y bisexuales, y si no los tienen inventarlos, estamos discriminando, a base de favorecer a estos grupos, a todo aquél cuyas filias sexuales no coincidan con las de ninguno de ellos. O sencillamente, no quiera confesarlas en uso de su derecho a la intimidad. Por ejemplo, a los que les gusta practicar el sexo en grupo,  los intercambios o las orgías… o incluso a las que solo les gusta dormir con su marido. Por decirlo más sencillamente, estamos permitiendo que el Poder se inmiscuya en nuestras vidas privadas, las manipule y las dirija. Pertenezcamos al grupo que pertenezcamos.


La pregunta es ¿Es más justo que una lista electoral deba incluir obligatoriamente un cincuenta por ciento de mujeres y un cincuenta por ciento de hombres; un tercio de hispanoamericanos y dos tercios de españoles, de los cuáles deben ser un noventa por ciento peninsulares y el otro diez por ciento insulares; un diez por ciento de musulmanes, otro diez de países del este; un quince por ciento de desahuciados; un ocho por ciento de graduados escolares; al menos un minusválido; y una mujer que haya sufrido malos tratos? ¿O que todos seamos iguales ante la Ley, todos electores y elegibles? Puede parecer una exageración, pero si la justificación es la discriminación sufrida, deberíamos pensar en los agotes, los gitanos, los quinquis, los maragatos, los pasiegos o los vaqueiros de alzada… Eso sí ha sido discriminación ¿y?

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

martes, 31 de mayo de 2016

La mala educación

Este título, aparte de una obra, no sé si autobiográfica de Pedro Almodóvar, es un fiel reflejo de lo que representan actualmente en España, no solo nuestros artistas, actores, autores, intelectuales y periodistas, sino nuestros políticos. Y claro, si toda esa caterva de “representantes” de la sociedad son los que a diario vemos en uno u otro medio, al final es lo que imitamos. Aunque no sé yo si somos mal educados porque no tenemos un ejemplo a seguir, o porque el ejemplo a seguir es el que es. Y lo somos, sencillamente porque la educación se ve como algo del pasado. Como una rémora felizmente superada. En muchas ocasiones he oído la cantinela de que “la educación pública está muy bien, pero es que llevar al niño con los hijos de los emigrantes…” Y al final, resulta que cuando tratas con ellos te das cuenta de que los hijos de los inmigrantes, en concreto de los que proceden de Hispanoamérica, les dan cien vueltas en educación a los hijos de los españoles. Por supuesto, esto último es una generalización y como todas las generalizaciones, admite todo tipo de excepciones. Dicho queda. Lo malo es cuando oyes esa cantinela a un militante de Podemos. Y juro que yo se la he oído.

Y hablando de impostura y de mala educación ¿Alguien puede explicarme qué relación tiene ser político con ser un maleducado? Lo digo porque recientemente, en los actos del Día de la Fuerzas Armadas, se pudo ver a gran cantidad de políticos, politiquillos y politicastros dando un auténtico recital de mala educación. De unos partidos y de otros, todo hay que decirlo, pero más de unos que de otros. Vamos a ver, señores: no saber hacer la reverencia a SM el Rey, no te hace más republicano ni más de izquierdas. Sencillamente te hace más maleducado. De la misma manera que rascarte tus partes en presencia del Presidente de la República Francesa no te hace más monárquico, sino más bien te hace quedar como un patán. O que tratar sin el debido respeto al Papa, al Gran Rabino de Jerusalén, al Patriarca de Constantinopla, al Dalai Lama o al ulema de la Mezquita de tu barrio, no te hace más ateo ni más laicista, sino que te convierte en un auténtico paleto destripaterrones.

Claro que puestos a quedar mal ante SM el Rey, quedaron mucho peor los que no fueron que los que sí lo hicieron, aunque no supieran hacer la reverencia. A estos por lo menos se les puede suponer ignorancia. Y aquellos no eran de izquierdas, aparentemente. Que la Presidenta -vaya palabreja- de la Comunidad de Madrid, no fue porque tenía que ir al fútbol. Con un par. No sé qué cara se le quedaría cuando se encontrase a SM en el mismo partido. Si es que aquí todavía se pone alguien colorado… Por su parte, el Presidente en funciones del Gobierno de España, tampoco pudo asistir al homenaje a la Fuerzas Armadas españolas en el que participaba SM el Rey, por un compromiso mucho más importante, sin duda. “El coñazo ese del desfile…” lo llamaba él.

El caso es que al final, gústenos o no nos guste, la educación es una parte importantísima de la convivencia. Si no la más importante, ya que no es otra cosa que actuar de forma correcta, de manera que la primera impresión que de nosotros perciba el otro sea el respeto hacia su persona. Y eso, aunque a muchos les cueste creerlo, ni está obsoleto ni es una rémora del pasado. Antes al contrario, se ha formado a lo largo de los siglos con mucha sabiduría, mucha paciencia, mucha delicadeza y mucha habilidad.


Y, por cierto, no dársela a tus hijos, no les hace más felices ni más libres, sino más ignorantes.

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

martes, 17 de mayo de 2016

Obsolescencia programada


Quien haya tenido la santa paciencia de leer mis artículos, tanto en el primer formato del blog Tiroleses, como en el actual (http://gonzalorodriguezjurado.blogspot.com.es/) o más recientemente en Facebook, sabrá ya de sobra que soy un quijote en permanente combate contra los molinos de la corrección política. Tanto en los comportamientos como en lo que es peor, en el lenguaje. Y sabrá por supuesto, que todo intento de enmascarar un comportamiento reprobable retorciendo las palabras, tiene en mí a un Pepito Grillo, a un tocagüevos y a un respondón. Que me sale la vena socarrona e irónica cuando leo en las revistas del corazón que llaman “jinete” o “empresario” a lo que toda la vida se ha llamado un play boy o, en castellano, un chulo. Que me hierve la sangre cuando me hablan de todos y todas ignorando el género de las palabras, de los malayos para llamarles malasios o de los fueros para llamarles aforamientos. Que nunca llamaré desencuentro a una pelea, equipación al equipo, motivación a los motivos ni llamamiento a una llamada. Que alargar las palabras para parecer más culto es, sencillamente, una paletada.

Y viene a cuento esta declaración de insubordinación, porque he leído que nuestros vecinos franceses, tan revolucionarios ellos y tan amantes de la Liberté, la Egalité y la Fraternité (ente franceses, claro), están preparando una Ley para prohibir la “obsolescencia programada” ¿Y eso que cosa es? Se preguntaré usted. Pues lo que toda la vida nos ha dicho el técnico que venía a casa a arreglar la lavadora, y nosotros repetimos de forma rebañega y resignada: “No le merece la pena arreglarla, si están hechas para durar justo cuatro años”. Y quien dice la lavadora, dice la nevera, la televisión, el ordenador, el coche o la plancha. Pues vamos a ver, porque cuando tuvimos que desmontar la casa de mi abuela, hace poquitos años, jubilamos una nevera en perfecto estado de funcionamiento, que se había comprado en la base de Torrejón en los años 50. Porque antes, los coches los arreglaba un mecánico, lleno de grasa, en cualquier taller de cualquier carretera de España. O, lo que es peor, porque aceptamos sin rechistar que el aparato que estamos comprando “tiene una vida”. Y sin embargo, no exigimos que nos pongan por escrito cuál es esa “vida”.


Somos un pueblo que se indigna porque sus políticos ganen dinero, sin tener en cuenta que más vale pagar bien a los políticos, que dejarles que se lo “ganen” por otro lado. Capaces de quemar en la plaza pública a cualquier servidor público, ya sea político o funcionario, por hacer lo que -legal o ilegalmente- ha hecho toda la vida, pero que nadie le ha recriminado cuando había para todos. Cuando se cobraba sin factura o se faltaba un mes al trabajo por una lumbalgia. Un pueblo que paga sin chistar un “canon de reciclaje” cuando cambia los neumáticos o el aceite, y no toma por asalto el taller para reclamar su dinero, cuando se entera de que los neumáticos se amontonan en las cunetas y se queman sin control. Pero claro, si yo pago, estoy cumpliendo con mi obligación. Lo demás, no es asunto mío. Y los franceses, que arreen. Después de todo, siempre nos han tenido envidia…

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

lunes, 11 de abril de 2016

De tabaco, niños y perros

No, si ya lo decía yo a raíz de la famosa Ley de Acoso y Persecución a los Fumadores de José Luis Rodríguez Zapatero: la educación no se puede regular por ley. Si usted está debidamente educado, no hace falta amenazarle con las penas del Infierno si fuma en un local donde hay más personas. Sencillamente, porque usted pedirá permiso o preguntará a los demás si tienen algún inconveniente en que usted se encienda un cigarro. Igualmente, la cortesía de los  aludidos alcanzará hasta el punto donde su cigarro se les haga insoportable. Así era cuando en España existía la educación, pero alguien decidió que la educación era una rémora antigua y obsoleta, y decidió cargársela. Y claro, llegamos al punto de que el comportamiento particular y entre particulares, tuvo que ser regulado por Ley. Nada que objetar pero es que a uno, que es anarquista de nacimiento, le molesta que le prohíban cosas. Hasta las que me dan igual porque no las practico, como es el caso de fumar.

Pues estando a punto de comenzar (en lo político, aunque no en lo económico, afortunadamente) la cuarta legislatura de Zapatero, nos encontramos con que empieza a generalizarse un comportamiento que cada vez encuentra más adeptos. Este no es otro que la prohibición en algunos restaurantes, hoteles o bares de ir con niños. Y es que, qué le vamos a hacer, a cada imposición sucede una reacción y la gente empieza a estar harta de tener que soportar, no a los niños, sino la mala educación de los niños y de sus padres. Parece igual pero no es lo mismo. En mi caso particular puedo decir que no tengo ningún inconveniente en comer o cenar junto a mesas con niños… educados. Lo que me parece absolutamente insoportable es pagar veinte, treinta, cuarenta u ochenta euros por una cena y tener que aguantar a los niños chillando y corriendo alrededor. Sin que además el dueño del local pueda hacer nada al respecto, claro. “Es que no se puede tener a los críos callados y quietos tanto tiempo”. Falso, a mí me tenían. Y a mis hermanos también y éramos seis. Sobre todo, si no puedes tenerlos callados y quietos ¿para qué los llevas? ¿para que los aguantemos los demás? No lo entiendo. Más aún, cuando mis hijos se ponían pesados en un restaurante, nos salíamos alternativamente mi mujer y yo para que el niño no diera la lata a los demás. Solo hace falta hacerlo una o dos veces, después se lo aprenden perfectamente. Eso sí, tiene que ser la primera vez. Y lo malo no es que los niños den la lata, que casi, casi es su obligación. Lo malo es que los papás consideren que como “son críos” somos los demás, y no ellos, los que tenemos que aguantarlos.  Entonces está claro, ahora lo entiendo: yo me he molestado y he tenido que sacrificar cenas o comidas para que mis hijos no te molestaran; y ahora me tengo que molestar y aguantar a los tuyos para que tú no te sacrifiques. Buen negocio me propones, no sé si prefiero que comas en el Burger King. Con coronita y todo…


Y quien dice niños dice perros. Pero que nadie se me escandalice, que no estoy poniendo en ningún caso en un plano similar a unos y otros. Pero a los que sí pongo en un plano idéntico es a quienes no educan a unos ni a otros. Y por cierto, que en muchos casos son ellos, los dueños de perros mal educados, los que ponen a su mascota por encima de los niños o incluso de las personas mayores. Independientemente de frases tan bochornosas y abochornantes como “quiero más a mi perro que a mucha gente” o “mi perro es mucho más listo que muchas personas”, los hay que anteponen la comodidad de un animal al respeto por los demás. Y hasta límites insoportables, como el caso de un ilustre imbécil, que se molestó porque le metí una patada a su perro… que estaba mordiendo a un señor mayor. Pero como uno no es un salvaje, accedí a explicarle que no tengo por costumbre ir por ahí dando patadas a los perros, desde luego. Pero que justifico el uso de la violencia siempre que sirva para evitar un acto violento aún mayor. Como llamar por su nombre a uno cuyo perro muerde a una persona mayor, y no se molesta en pedirle perdón…

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

lunes, 7 de marzo de 2016

Prohibido escupir en el suelo


Los que no somos tan jóvenes (ni tan mayores, qué demonios), hemos leído esta relajante frase, infinidad de veces en iglesias, bares, comercios y muchos otros locales públicos. Y es que, por más que ahora a muchos les parezca una obviedad, hasta no hace mucho, había gente que tenía la bonita costumbre de compartir sus flemas con el resto del mundo. Cruces de llama andina y cerdo Duroc, que ejecutaban sus gargajeos independientemente de las prohibiciones escritas en la pared. De hecho, aún quedan especímenes de esta clase pero ya casi siempre circunscritos a la vía pública. Algo hemos avanzado, gracias a Dios, aunque aún no estamos del todo libres de una poco agradable pisada. Mira, en eso llevamos ventaja los que, por no ser mujeres ni ser de Podemos, no llevamos sandalias de suela plana.

Y si usted a estas alturas del artículo, todavía no ha decidido dejar de leerlo, se estará preguntando a qué viene tan salival y poco agradable asunto. Pues a la muy hispánica costumbre de, no solo no leer los carteles, sino de ignorarlos o de, sencillamente, no saber interpretar lo que leemos. O, lo que es más frecuente, de leerlos e interpretar que se dirigen a los demás, pero en ningún caso a nosotros mismos. Pues esto viene a cuento de que en estos momentos vengo de una consulta de la Sanidad pública. En Madrid, aunque somos tan malos y dicen que se vive tan mal, tenemos una excelente Sanidad pública y, aunque el que suscribe tiene su seguro privado, hace años que la uso de manera habitual. Pues bien, a lo que vamos. Vengo de estar en una sala de espera de no más de veinte metros cuadrados, en la que había no menos de cinco letreros que prohibían expresamente y por razones obvias, el uso del teléfono móvil. La misma sala en la que de siete personas, cinco estaban hablando por el teléfono móvil. Y claro, uno que es bien pensado por principio, supone que, si la gente ignora de manera tan flagrante las normas de educación y de convivencia, debe ser por algún motivo más que justificado. Así que decido enterarme: “Sí, ponlas en agua que luego yo ya iré, que estoy en el médico con mi madre”; “Sí, estamos aquí. Ya hemos venido”; “Mamá, estoy con Papá”; “Sácale tú, que yo no sé a qué hora iré, no se lo vaya a hacer en casa”…


En mis tiempos, cuando alguien se saltaba las normas y molestaba a los demás, por ejemplo escupiendo en el suelo de un local público, se le llamaba maleducado, atún, cenutrio… o cosas peores. Ahora se les llama insolidarios…  o ni siquiera eso. Claro, parece que ser tachado de insolidario es asunto que debe de quitar el sueño a poca gente. Pero siendo grave el hecho de que se haya dejado de llamar a las cosas por su nombre, lo realmente grave en mi opinión, es que sean cinco de cada siete o siete de cada diez, los que incumplan las normas. Imagínese usted, si hubieran sido siete de cada diez los que escupían en el suelo de la parroquia.

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

miércoles, 24 de febrero de 2016

O sea, como que...

-       “O sea, es como que: “sois todos unos comunistas y unos anti sistema”. Y eso es lo fácil ¿no? Es en plan que lo que vamos es a ayudar a la gente porque ya está bien de abusos, de que haya una casta que lo que hace es abusar de la gente. Es como que si viniéramos a destruirlo todo, cuando a lo que lo que en realidad venimos es a ayudar a los desahuciados y tal. Es en plan que hay gente que lo que ha hecho es invertir todos sus ahorros, y que los bancos les han prestado dinero de manera fraudulenta y que ahora se han quedado con su dinero y con su casa. Es como si tú ahora llegas en plan, “te dejo dinero para que tú hagas lo que quieras”, y luego me exiges que te lo pague porque no me lo estabas regalando. Pues claro, es como si yo te digo “toma mi casa” y luego te digo “oye, que me tienes que devolver mi casa”. Pues no habérmela dado ¿no? Es en plan: Tú vives en una Villa Miseria de mierda, pero yo que soy tu jefe te voy a dejar el dinero que necesitas para dejar de vivir allí. Entonces, como que tú me dices que sí y te presto el dinero. Pues muy bien. Y claro, no querrás que te lo devuelva, encima de que tú eres mi jefe y yo una trabajadora. Pues eso es lo que está pasando, que los que crean las necesidades, son los mimos que tienen el dinero para prestárselo a aquellos que tienen las necesidades. Como que yo ahora te enseño mi súper coche y luego te digo que si quieres uno igual yo te presto el dinero, pero tienes que devolvérmelo. Pues no habérmelo enseñado ¿no? Pues esa es la diferencia entre la gente y La Casta: la gente se machaca a trabajar sin contrato, se arrastra por un salario de mierda, para mantener a sus hijos que sufren desnutrición y tienen que mendigar alimentos en el colegio y a su mujer que trabaja doce horas hasta las cuatro de la mañana; y La Casta vive en una casa ideal, con veinte personas de servicio. ¿Pues tú qué harías? Es en plan: “te jodes porque yo soy rico y tú no”. Pero claro, es como que si tú eres rico, yo también tengo derecho a serlo ¿o no? Pues es como si te digo: “vamos a hacer un viaje” y quieres que lo paguemos a medias. Pues no, si tú eres rico, tú tendrás que pagar más que yo ¿no? O no querrás que yo, que no tengo dinero pague lo mismo que tú. Eso es lo que pasa, que los que tienen dinero son como en plan: “oiga, que yo tengo dinero pero es porque me lo he ganado, que yo también tengo derecho a subvenciones” Pues ya está bien ¿no? Si luego haces un acto reivindicativo en la facul, para poner de relieve las diferencias sociales, como que van y te condenan. Como que la mala eres tú por denunciar las injusticias. Pues ya está bien ¿no? Para mí el delito no es que un vaya a hacer una acto reivindicativo pacífico a una capilla. El delito de verdad es que mueran niños en Gaza o en la frontera de México con EEUU; que en el estrecho se ahoguen los seres humanos por docenas o que vivan miles de personas sin agua corriente en los campamentos de Tinduf…

-       ¿Alguna cosa más que añadir a su alegato final, señora Maestre?

-       Nada más, Señoría


-       Visto para sentencia


sábado, 20 de febrero de 2016

Yo soy uno de esos tipos...

Yo soy uno de eso tipos a los que tú llamas casta. Fíjate si soy casta, que he trabajado cuatro años en el Ayuntamiento de Madrid, diez en el de Majadahonda y ocho en las mismísima sede del Partido Popular, en la calle Génova, 13 de Madrid. Todo ello  porque creía en lo que hacía, porque cuando yo empecé, éramos cuatro idiotas. No se puede ser más casta ¿verdad? Tú en cambio, eres la gente. Porque claro, tú decides quién es gente y quién no es gente. Quién tiene derecho a existir y quién no. Nada nuevo, por otra parte. Eso ya lo inventó aquél genio de la comunicación política que se llamó Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del III Reich, del que tus jefes saben mucho y habrán aprendido tanto, aunque a ti supongo que ni te suena. Como por ejemplo, poner películas en las que salen ratas cuando nombran a los judíos. O llamar “la gente” a los nuestros y “la casta” a los que no son nuestros. No en vano son todos profesores de Comunicación Política en la Complutense. Bueno, unos profesores y otras alumnas. Unas más aventajadas que otras, supongo. Por ejemplo, la que ya todo el mundo conoce como la Pija de Podemos, porque venía del Liceo Italiano y llegó a portavoz del Ayuntamiento de Madrid, previo paso por un asalto a la capilla de la “Complu”. Y previo paso por una relación sentimental con uno de sus profesores. Bueno, lo que ahora se llama una relación sentimental, que en mi época se llamaba la que se tira al de Comunicación Política. Qué mal gusto ¿no? Menos mal que han cambiado los tiempos. Pero vamos, de los ocho años que he estado yo en la universidad en dos carreras distintas, he conocido a varias que han tenido una “relación sentimental” con algún profesor. Y siempre aprobaban, oye. De ahí que veáis tan mal lo de ser casta.

Pues eso, que yo soy casta. Yo, que mantengo mi casa y a mis hijos con ayuda de mi mujer, que trabaja a media jornada, y con lo que cobro del paro. Pero el paro se va acabando: “TIC-TAC”, como le gusta decir a tu jefe. Yo, que en los momentos mejores, cuando los dos ganábamos para vivir con cierta holgura, no juntábamos la décima parte de lo que gana cualquiera de los que ahora nos venís a dar lecciones. Yo, que jamás he estado afiliado a ningún sindicato, de esos que utilizan la amenaza y la extorsión para beneficiar a sus afiliados y solo a sus afiliados. De los que utilizan a sus contactos para chantajear a sus jefes y a sus compañeros. Yo, que he trabajado durante años con contratos de dos o tres meses. Yo, que he visto cómo en los departamentos de la universidad había que entrar con los pantalones bajados y agarrándose los tobillos con la manos. Que he visto cómo se aprobaba una plaza en la universidad como regalo de boda, porque la interina se casaba al día siguiente de la oposición. Que he visto cómo un mismo apellido se repite hasta ocho veces en más de un departamento de la Complutense.


Pues mira, no. No estoy dispuesto a que vengas tú, que en el noventa por ciento de los casos eres un niñato o una niñata universitaria, que vives en casa de papá y mamá, o que mantienes una casa en una zona de clase media-alta de cualquiera de las grandes capitales de España, a darme lecciones de nada. Aquí las lecciones no las dais los que jamás habéis hecho una cola en el INEM. Ni los que nunca habéis sido tratados como sospechosos por querer cobrar solo una parte de lo que durante años te quitan de tu sueldo. No, colega. Si quieres aprender lo que es buscarse la vida, cierra el pico y abre las orejas. Pero si lo que quieres es venir a seguir mandando y a dar lecciones de moral, como siempre has hecho en casa de tus papás y a creerte que estás salvando al mundo, lo mejor es que te vayas a tomar… el aire.

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

sábado, 13 de febrero de 2016

Los nuevos dioses

Los que ya hemos coronado la cumbre en nuestra trayectoria vital y, una vez pasados los cincuenta, sabemos que ese camino es ya indefectiblemente cuesta abajo hacia el epílogo, tenemos unos recuerdos infantiles, casi, casi imposibles de contar a quienes no los vivieron. Tenemos recuerdos que asombrarían a más de uno y a más de dos de los que ahora toman las riendas de la sociedad. Recordamos la televisión en blanco y negro con solo dos canales; con Despedida y Cierre a las doce de la noche, sonando el Himno Nacional. Recordamos las calles y las carreteras de España, solo con coches de marca SEAT o Renault. Las playas sin top less. Recordamos también el fútbol los domingos y solo los domingos. La digestión en la piscina y el ayuno en Cuaresma. Las procesiones de Semana Santa, y los bares y comercios cerrados el Viernes Santo.

No diré que era una España gris, triste y deprimente porque yo, al menos, no la recuerdo así. Allá cuente cada cual la Historia como la vivió, que de todo habrá y no todo agradable, por desgracia. A lo mejor es culpa mía, por no ver lo que tengo que ver en televisión y por no repetir lo que tengo que repetir cuando escribo. Pero no, lo cierto y verdad es que, al menos lo que yo viví, fue una España en permanente progreso y desarrollo. Una España donde, seamos sinceros, a casi nadie le importaba en absoluto la política, y en la que todos los que ahora dicen que sufrían la represión, vivían mucho mejor que ahora. Es verdad que el cambio era necesario, que tuvo lugar en el mejor momento posible y, sobre todo, que fue todo lo pacífico que pudo ser. Con el permiso de las víctimas del terrorismo, claro, que no todo fue tan bonito como nos cuentan ahora. Pero en fin, había que evolucionar y evolucionamos.

Y uno de esos cambios necesarios, entre otros muchos, fue el paso del nacional-catolicismo a una sociedad, una política y un estado laicos. Una sociedad donde quien quisiera pudiera abrir su bar el Viernes Santo, o donde el señor obispo no tuviese la capacidad de decidir dónde, cómo ni cuándo podíamos tomar el sol los españoles. Menos aún las españolas, por fortuna. Pero claro, como somos españoles y los españoles somos como somos, del Estado laico pasamos al estado laicista; de comer pescado los viernes pasamos a comernos vivos a los curas; pasamos de sacar al santo en procesión para que lloviera, a maldecir a todos los santos del cielo cuando llovía. O sea, nos volvimos a pasar de frenada. Y claro, hoy tenemos lo que tenemos.

Abres tu Facebook para cotillear la vida de tus amigos, y te aparece una estampita de San Steve Jobs sobre un fondo oscuro, con aureola y mirada penetrante. Y el santo en cuestión te larga un pensamiento filosófico-religioso, para que lleves una vida recta y ordenada a ganar mucho dinero. Abres tu correo y te llega un Power Point que contiene el Sermón de la Montaña, que parece ser que largó San Bill Gates a unos pobres niños de un colegio. En él les conmina a ser constantes y a no desesperar en su afán de hacer muchos millones de dólares. Pones la televisión y el locutor está oficiando alabanzas a San Cristiano y San Mesi. Pero no por su sobrenatural talento futbolístico -que no deportivo en el primer caso-, sino por su ilimitada capacidad de amasar millones de euros. Por su avión particular, por la última modelo que ha dormido en su cama o por la marca de su nuevo cochazo. Más aún si te interesa algo el sub mundo del cine, donde no solo nada es lo que parece, sino que lo que es, es siempre infinitamente peor que lo que parece. Donde pasan por actores cualquier efebo, asaltacamas o buscona. Donde, cuando es imposible calificar a alguien de buen actor o buena actriz, se admiran sus millones, su casa o sus vacaciones. Hay otros “dioses” a los que hay que adorar sin más remedio, como son el “Racismo Positivo”, o el perdón que los blancos debemos pedir al resto de las razas del mundo, sin que nadie nos lo haya solicitado. Y el “Feminismo Negativo”, o perdón que cada hombre debe pedir a las mujeres por el hecho de serlo, renunciando a toda igualdad de derechos.


En definitiva, hemos cambiado las estampitas de santos y mártires por el cuché de figurones y chupa cámaras;  la misa de doce por Sálvame; y la boda por el banquete. No sé si será mejor, pero desde luego es mucho más frustrante. Mientras antes te exigías a ti mismo ser buena persona, lo consiguieses o no; ahora te exiges ser rico y famoso, sin conseguirlo en el noventa y nueve, coma nueve, por ciento de los casos.

lunes, 1 de febrero de 2016

Lo que no quiero

Bueno, pues ya sabemos que el Partido Popular NO votará la investidura de ningún candidato que no sea Mariano Rajoy, que para eso ha sido el partido más votado; sabemos además que este mismo candidato NO se presentará de momento, pero tampoco cederá su opción de presentarse a ningún otro candidato de su partido. Sabemos también que el PSOE NO votará en ningún caso al Partido Popular (“NO es NO”), y que además NO se sentará a negociar con ellos ninguna clase de condiciones, cesiones ni soluciones alternativas. Por supuesto, el PSOE NO presentará candidatura antes de que lo haga Mariano Rajoy. Por parte de Ciudadanos sabemos que NO participará en ningún caso en un Gobierno en el que tenga que compartir sillas con los radicales de Podemos ni con golpistas de ninguna clase, lo cual le honra. Por parte de Podemos, sabemos que NO votará en ningún caso a un candidato del Partido Popular, que NO votará tampoco a ningún candidato del PSOE si no le cede la Vicepresidencia y los ministerios de Economía, Educación, Sanidad, Servicios Sociales, Defensa e Interior, con sus respectivos servicios de información de Hacienda, CNI, Guardia Civil, Ejército y Policía. Es decir que NO vienen a apoyar a un gobierno, sino a dar un golpe de estado. Aparte de que en campaña decía Pablo Iglesias, para quien quisiera escucharle, que NUNCA será vicepresidente de un Gobierno presidido por Pedro Sánchez. De los nacionalismos golpistas, antes moderados para los incautos, sabemos que NO apoyarán a ningún gobierno que no les permita dar su particular golpe de estado y proclamar la independencia de Cataluña, País Vasco, Galicia, Canarias, Valencia, Baleares, El Bierzo, Muñopedro o Torreperogil.

No acostumbro a escribir de Política, primero porque ya hay quien lo hace mejor que yo y con más conocimientos; segundo, porque después de más de veinticinco años trabajando con políticos, quiero quitarme; y tercero, porque de este asunto en concreto, están a día de hoy los periódicos, las radios e internet saturados. A pesar de eso, no me queda más remedio que servirme de este medio para evitar reabrir de forma irreversible mi úlcera de duodeno. Perdóneme quien no esperase de mí un tema tan prosaico, pero como digo, lo hago a modo de terapia. Y es que, en el fondo, da un poco de vergüenza que después de casi un mes y medio, a día de hoy no sepamos quién va a gobernar. Y no solo eso, sino que además sepamos lo que NO quieren los partidos, pero no tengamos ni idea de lo que quieren. De lo que pretenden, para ser más exactos. No sabemos cuánto ni cuándo está cada uno de ellos dispuesto a sacrificar, ni en cuotas de poder, ni en la carrera particular de sus dirigentes. Aterrador. Pero como uno es de natural optimista y constructivo, y de carácter positivo, ahí van mis propuestas, por si pudieran servir de ayuda a alguien:

-       No quiero que los candidatos deban su candidatura a nadie más que a sus votantes, por lo que deberían elegirse mediante primarias en cada distrito, y no mediante designación digital de la Superioridad. Llamar primarias a las elecciones internas de los partidos es un insulto. Cada diputado es depositario de mi soberanía y no me da la gana de que tenga que ser sumiso ante nadie.

-       No quiero que ningún comisario político levante la manita en el Congreso para indicar con uno, dos o tres dedos, a todo su grupo de diputados lo que tiene que votar. No me creo que todos ellos estén de acuerdo en las leyes que votan.

-        No quiero que se pueda votar, como si fueran igual que los demás, a partidos que han cometido de manera reiterada y consciente, todo tipo de atropellos contra la Paz, la Libertad, La Constitución, El Rey y la convivencia entre los españoles. La Ley es y debe ser igual para todos, y el delito no es una opción política.

-       No quiero ciudadanos que dejen robar a los políticos mientras los políticos les dejen robar a ellos, y solo se indignen con la corrupción cuando la crisis toque sus bolsillos.

-        No quiero mantener una concejalía de Sanidad, una consejería de Sanidad y un Ministerio de Sanidad; y tener que pagarme además un seguro médico.

-       Y, sobre todo, no quiero políticos que no sean capaces de presentar programas, de aportar ideas, de ofrecer sacrificios y de negociar hasta la extenuación, renunciando a sus propios intereses.


No sé si es mucho pedir.

martes, 19 de enero de 2016

Con el debido respeto, señora Alcaldesa

Con el respeto que toda persona, por el hecho de serlo, merece. Pero además con el respeto a la dignidad del cargo que ostenta, desde el que nos representa a todos los madrileños. Con el respeto que además me inspira conocer y saber de sus actividades desde hace muchos, muchísimos años. Porque cuando la mayoría de los que le han votado ni siquiera sabían quién era usted, yo ya tenía noticias bastante directas de su labor con las presas. Nada revolucionario, por cierto, que esa labor también la llevaba a cabo, creo que en coordinación con usted -y creo que mucho antes- el padre Garralda, siguiendo y poniendo en práctica una de las Obras de Misericordia, predicadas y ejercidas por la Iglesia desde hace dos mil años, que manda en visitar al cautivo. Naturalmente que eso no le resta ni un ápice de mérito a su labor, como tampoco se lo resta el hecho de que se dedicara solamente a las presas y no a los presos. Ustedes los de izquierdas, siempre discriminando por razón de sexo. Pero qué le vamos a hacer, más vale atender a la mitad que a ninguno. Y no, no me diga lo de la discriminación positiva, por favor, que la discriminación, por su propia naturaleza es negativa. Si no, no sería discriminación. Entiendo que el invento ese ese de la “discriminación positiva” sirva para hacer comulgar con ruedas de molino a los ignorantes, pero a nada que alguien haya leído, oído, hablado o estudiado Lengua Española, comprenderá que la discriminación no puede ser positiva. La “discriminación positiva” es  como la “violación cariñosa” o el “robo generoso”. No solo un oxímoron o contradictio in terminis, sino una sencilla y llana estupidez, que se entiende mucho mejor.

Por lo demás, creo que también compartimos las misas increíbles del padre Ramiro o del padre Sopeña en la Parroquia de la Ciudad Universitaria, actual Museo de América, en los últimos sesenta y primeros setenta. Claro, la diferencia es que allí le casó a usted Jesús Aguirre, luego duque de Alba, y a mí me llevaba mi madre con mis otros cinco hermanos en pantalón corto. Al más puro estilo primera temporada de Cuéntame, vamos. Sin embargo, hay tres cosas que recuerdo con toda claridad de aquéllas misas: el increíble sonido del órgano, el siniestro organista calvo y las homilías del padre Ramiro. En ellas pedía ayuda para los objetores de conciencia presos, para los necesitados de La Elipa, del Pozo del Tío Raimundo, etc. Un rojo peligroso, en definitiva. La diferencia es que él creía lo que predicaba y otros lo tomaron como excusa muchos años después, para hacer carrera política. Y ya ve usted, después de tantos años y de que hayan borrado todo rastro de la Religión en la Ciudad Universitaria, como exigía su portavoz Rita Maestre, yo ahora voy todos los domingos a los jesuitas de La Ventilla. Un barrio mucho menos hipster que el ambiente universitario de los setenta, pero con tantas cosas que hacer… seguro que le gustaría.

Por último permítame un consejo y un tirón de orejas, que el respeto no excluye la discrepancia. El consejo, que no se deje manipular por la banda de jenízaros, agresivos o violentos que integran algunos -no todos- de sus concejales. Y el tirón de orejas, para que siempre recuerde que los políticos no son nadie para discriminar de una carroza de Reyes a nadie por sus creencias. Que esa carroza de Reyes es de y para los madrileños. Especialmente para los niños pero no sólo. Que no tiene justificación alguna echarles de la cabalgata porque a usted no le guste cómo educan en su colegio. Más todavía si esa forma de educar no constituye delito alguno. Y aunque lo constituyera ¿Pidió usted el certificado de penales de alguno de los participantes en todas y cada una de las cabalgatas de Reyes de los veintiún distritos de Madrid?¿Me puede garantizar que en ellas no salió ni un solo condenado por violación, ni un solo maltratador, ni un pederasta? Pues lo dicho, Alcaldesa: que los políticos están para servir, para administrar los dineros y para facilitar la vida de los ciudadanos. Para educar ya están los padres, y los profesores están para enseñar. Cada uno a lo suyo.


Y yo prometo dejar ya la cabalgata y al Ayuntamiento de Madrid, que creo que me estoy poniendo un poco pesadito…

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

viernes, 15 de enero de 2016

El Pregón

En la reunión celebrada por el grupo municipal Ahora Madrid – Podemos – Carabanchel Sí Se Puede – Retiro Va Pudiendo, la concejala de Igualdad, No Discriminación Por motivos Sexuales y LGTBI ó IGLBT Indistintamente, ha tenido un bronco enfrentamiento con su compañero de grupo, el concejalo del distrito de San Blas – Las Barranquillas Pueden Mucho Más. La causa de la disfunción en la coordinación del grupo, ha sido debida a la diferencia de concepto respecto a si se ha de invitar a la Concejala de Ciclo de Vida, Feminismos y LGTBI de Barcelona, o a la concejala de Igualdad y Políticas Inclusivas, del Área de Participación, Derechos e Innovación Democrática del Ayuntamiento de Valencia, para participar en el pregón de la Fiesta de la Identidad Sexual. Esta fiesta, al parecer se viene celebrando de forma clandestina desde el año 1715, con la única excepción de su edición de 1938 en plena guerra civil, que tuvo lugar bajo un bombardeo fascista. Como ha señalado la Delegada de Comunicación, Información y Desmentido de las Falacias Históricas del Ayuntamiento de Madrid, esta fiesta ha sido recientemente recuperada, para el goce y disfrute de todos los madrileños y todas las madrileñas. Incluidos e incluidas aquellos y aquellas que se declaren asexuados y/o asexuadas. Cómo no.

Un tercer grupo, encabezado por el concejalo de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto, se ha mostrado partidario de ofrecer la posibilidad de hermanarse al pueblo de Venezuela, invitando a la Ministra del Poder Popular Para la Mujer y la Igualdad de Género, María León. Esta opción fue rechazada en asamblea, al considerarse discriminatorio que la Ministra del Poder Popular de Venezuela no hubiese cambiado su apellido por el de Leona. Lamentablemente, la desestimación de esta propuesta, ha dado lugar a una nota de queja de la Embajada Bolivariana de Venezuela, acusando al Ayuntamiento de Madrid de neo colonialismo.

En estas circunstancias, el Concejalo de Urbanismo, Movilidad y Memoria Democrática del Ayuntamiento de Cádiz, se ha ofrecido para mediar en el conflicto. Su propuesta pasaría por comisionar a las concejalas de Bienestar Animal y de Energías Renovables y Cambio Climático del Ayuntamiento de Valencia, para que sondearan la posibilidad de convocar una Asamblea Intermunicipal de Concejalías Relativas a la Libertad Sexual de los Ciudadanos y las Ciudadanas. Esta propuesta, aun habiendo sido aprobada con entusiasmo a través de Twiter por los alcaldes y las alcaldesas de Barcelona, Valencia, Madrid y Cádiz, ha sido fulminantemente desestimada por el Coordinador Responsable de Libertad Sexual y Relaciones Entre Etnias, Culturas y Pueblos del Círculo Huétor Tájar de Podemos. Al parecer, a pesar de tratarse de un círculo poco relevante de un pequeño pueblo de Granada, el Coordinador de Huétor Tájar tiene un gran ascendiente en la cúpula de Podemos. Esto es debido a que es cuñado de la hermana de la que le cuida el bebé a Carolina Bescansa y que, a su vez por baja maternal, se encuentra de ausente estos días.



En todo caso, siendo una invención toda la historia anterior, lo que sí es real y lamentable, es que el noventa por ciento de los cargos mencionados existen de verdad. ¿Para esto había que “desalojar” a los anteriores?

sábado, 9 de enero de 2016

Feministas

21 Voces, Acción Feminista Valladolid, Acción Kombativa, Akelarre Feminista, Algarada Tetuán, Aliats del Feminisme, Aluche Obrero, Arabako Emakumeen Asanblada, Araganzuela Maquis, Asamblea Antipatriarcal Málaga, Asamblea Estatal 15M Contra la Violencia de Género, Asamblea Feminista Langresta, Asamblea Feminista Panteras, Asamblea Feminista Somosaguas, Asamblea Feminista Zaragoza, Asamblea Feminista de Madrid, Barajas Zona Este, Bloque Anticapitalista de Madrid, Bloque Feminista de Clase, Bloque Joven de Valdemoro, Brigada 13 de Noviembre, Brigada 16 Leganés, Brujas Feministas, CEDAW Sombra España, Centro de Documentación de Mujeres, Ciempozuelos Antifascista, Ciudad de Mujeres, Civil Kombate, Colectiva Feminista La Revuelta, Colectivo 1984, Colectivo Burbuja, Colectivo Feminista Carmen Olmedo, Colectivo Feministas en Movimiento, Colectivo Hetaira, Colectivo Majadahonda Rebelde, Colectivo Mantys, Colectivo Noroeste, Colectivo Obrero Coslada, Colectivo Obrero de Coslada, Colectivo de Estudiantes de Madrid (CEM), Columna Clitoriana, Comando Violeta, Coordinadora Feminista, Coordinadora de Professorat Interí, Decidir Nos Hace Libres, Distrito 14, Errekaleor Bizirik!, Espacio de Debate Feminista, Faktoría Lila, Febrero Feminista, Femen, Feminicidio.net, Feminismos Ciudad Lineal, Feminismos UCM, Feministas Tomando Partido, Feministas Ácidas, Feministes de Gràcia, Frente 202, Frizomas, Fuengirola en Lucha, Gatamula, Girls Against Fascism, Iconoclasistas, Juventud Revolucionaria de Valdemoro, Kolectivo 05, Kolectivo 103 Lucero, LIZA Asamblea de Mujeres Combativas, La Plaga, La Trama Feminista, Las Petateras, Las Tejedoras, Las del 8, Les Rudes D´Avilés, Manada Insumisa, Manada Morada, Plataforma Marcha Indignada Cádiz, Movimiento Democrático de Mujeres de España, Movimiento Femenino de Resistencia, Movimiento por la Dignidad de la Mujer Zona Norte, Mujeres Alternativas Vila-real, Mujeres Libres Guadalajara, Mujeres Ante el Congreso, Mujeres de Villaverde, Mujeres en Red de Karabanchel, Mujeres enREBELDÍA, My Belly is Mine, Móstoles Feminista, No son Depravados, No solo Duelen los Golpes, Nosotras Decidimos, Ofensiva Feminista, Patriarcado Criminal, Pinto Crew, Plataforma Anti Patriarcado, Plataforma Antirracista de Coslada y San Fernando, Plataforma Feminista Extremeña por un Aborto Libre y Gratuito, Plataforma Feminista Galega, Plataforma Feminista de Alicante, Plataforma Galega pola Defensa do Dereito ao Aborto, Plataforma Violencia Cero, Plataforma por la Sexualidad y Aborto Libres, Red Federica Montseny, Red Feministas Región de Murcia, Red Tertulias Feministas, Red de Respuestas y Resistencias Contra la Violencia Machista, Resistencia 16, Sanfer y Coslada en Construcción, Setas Feministas, Sureste Obrero, Tertulia Feminista Les Comadres, VK 16, Valdemoro Antifascista, Vallekas Nuestra, Varones Contra el Patriarcado, Women Are Europe, Yesca.

Concejalías de Mujer, de Igualdad y de Servicios Sociales de todos y cada uno de los ayuntamientos de España; consejerías de Mujer, de Igualdad y de Servicios Sociales de todas y cada una de las diecisiete comunidades y dos ciudades autónomas de España; ministerios de Justicia, Interior, Juventud, Cultura y Deportes y Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; Vicepresidente del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; ministra de Fomento, Ana Pastor; de Empleo, Fátima Báñez; Grupo parlamentario Popular en el Congreso y en el Senado; Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso y en el Senado, grupos parlamentarios de Izquierda Unida en el Congreso y en el Senado; Grupos Vasco y Catalán en ambas cámaras; presidentes y consejeras de todas y cada una de las comunidades autónomas. Ciudadanos, círculos de Podemos, periodistas, líderes de opinión…

Ni una sola protesta, ni un solo minuto de silencio ante los ayuntamientos, ni una sola gorda enseñando las tetas con el cuerpo pintarrajeado, ni una sola velita encendida delante de ninguna embajada. Ni un osito de peluche. Ni una sola moción de apoyo a las mujeres que, durante la Nochevieja pasada, fueron asaltadas, robadas, vejadas y violadas, de forma organizada y coordinada, por grupos de asaltantes musulmanes y norteafricanos en varias ciudades alemanas a la vez.


¿De verdad alguien quiere hacerme creer que toda esta gente es capaz de ir un paso más allá de crear una asociación, apuntarse en su ayuntamiento y empezar a cobrar subvenciones? ¿De verdad una parte de mis impuestos va para mantener a toda esta gentuza, incluidas concejalías, concejales, consejerías, consejeras, ministerios y ministras? ¿De verdad una parte del paro que yo he cotizado mientras tenía trabajo y que ahora que lo necesito y no lo cobro, va a parar a toda esta morralla? No tienen vergüenza. Ni unos, ni otros.

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

viernes, 8 de enero de 2016

Ya vienen los Reyes Magos...

Pues yo no sé por qué anda todo el mundo tan indignado con la cabalgata. Yo al menos, estoy aprendiendo muchísimas cosas. La primera y más importante, aportada por el insigne historiador, crítico de Arte y teólogo Jorge Tutor… Sí, Jorge Tutor, ya sé que usted no  ha leído nada de Jorge Tutor, pero eso es debido a que sus obligaciones como responsable de vestuario de la cabalgata, le han impedido centrarse en escribir libros. Pues bien, nos enseña el insigne Jorge Tutor que lo que en realidad representan Melchor, Gaspar y Baltasar es el Agua, el Aire y la Tierra. Y es que ya lo decía yo hace tiempo: estos tres tipos, aparecidos de la nada en el Portal de Belén, que vinieron sin que nadie les llamase; que además aparecieron con unos regalos absolutamente inútiles, que para un matrimonio recién estrenada su paternidad y refugiados en un pobre portal, eran un estorbo (excepto el oro, claro); estos tipos, digo, tienen que significar algo.

La primera pista me la dio el comentarista de la televisión donde vi una parte de la cabalgata: Melchor venía de Europa, Gaspar de Asia y Baltasar de África. Claro, uno que toda la vida ha pensado que los Reyes Magos venían de Oriente, sin más, nunca había caído en la cuenta de cada uno puede venir del oriente de donde le dé la gana. Por ejemplo, Melchor podría venir perfectamente de Eslovaquia, que está en Europa oriental; Gaspar podría hacerlo desde Tayikistán, que está al Este de Turkmenistán, o sea al oriente del oriente; y Baltasar vendría de la misma África, al Este del Océano Atlántico.


Claro, visto así tiene sentido. Ahora me cuadran muchísimo mejor las cosas. Ahora el misterio va desvelándose y dejándome ver la Luz: Melchor - Europa Oriental - Agua - camisón azul ¿Cómo puedo no haberlo visto antes? Melchor no tuvo más remedio que ir al portal de Belén para lavar sus culpas y las de su engreído pueblo europeo. Lo de vivir en un lugar donde llueve abundantemente y donde sobra el agua, es absolutamente ofensivo para el resto de las etnias del universo mundo. Gaspar - Asia - Aire - batita rosa: No solo tuvo que atravesar varios desiertos el buen Gaspar para llegar a Belén, es que además tuvo que hacerlo a través de Irán, Irak, Siria y Jordania. O Líbano, que no sé lo que es peor. El caso es que, con el ambiente que ya entonces se respiraba por aquellos andurriales, es fácil que la prudencia indicara al astuto Rey Mago caracterizarse como un pirulí de fresa, no fuera a ser que en cualquier control de carretera le intervinieran el incienso y le acusaran de tráfico ilegal de sustancias químicas. Y claro, de ahí a que te acusen de contrabando de armas, hay un paso. Mejor de rosita, mire usted, que más vale pasar por tonta que por un consejo de guerra. Además he quedado con un par de amigos a miles de kilómetros y no es cosa de andar perdiendo el tiempo. Y por último, pero no por eso el último, Baltasar - África - tierra - pluma. Es la alegoría de todas las minorías: étnica, laboral, cultural, racial y hasta sexual. La Gran Minoría, la que exige el respeto de todos y de todas. Y hasta de todes. Baltasar vino al Portal desde el Este del Océano Atlántico para exigir respeto a la diferencia. Para recordarnos que ninguno somos nada ni nadie, sin el permiso de quienes tienen que darnos el permiso para serlo. ¿Qué quién? Pues ellos, los mismos que tienen que venir periódicamente a salvarnos de nuestras estúpidas creencias. Los que de vez en cuando se dignan explicarnos los motivos astronómicos, económicos y políticos de lo que, en nuestra supersticiosa ignorancia, creemos que es Historia Sagrada. Ya ve usted, como si la historia pudiese ser Sagrada… Menos mal que están ellos.

martes, 5 de enero de 2016

Un hueco en la cabalgata

Si en lugar de hoy, a esta hora, me encontrase ocho o diez años atrás el mismo día y a la misma hora, en lugar de estar escribiendo, estaría recorriendo las calles de Madrid con mis hijos, sus amigos y los padres de sus amigos. Estaríamos buscando un hueco para varios junto al Paseo de La Castellana o en El Retiro, para ver salir a los Reyes Magos. Y pasando frío, mucho frío. Gente con escaleras, abuelos y padres, niños con guantes, gorro y bufanda… y los pies helados. Niños que se cansan, padres que se cansan aún más de llevarles a hombros o de guardar el sitio, madres que calientan las manos a los niños… y emoción. Mucha emoción, ojos como platos, ansiedad, “ya vienen”, gritos, deseos y al final, cansancio. Misión cumplida. Después de eso Cloti, en su bar La Junta, al lado de la Junta Municipal de Chamartín, solía esperarnos con la mesa puesta, con mantel de papel, chocolate y picatostes para todos los niños. Y cerveza, vino o algo más fuerte para reponer del frío de los padres. Tardes interminables, heladas, cansadas… e inolvidables. El resto del año, La Junta era la base de operaciones de los padres que bajábamos a la plaza con los niños: cerveza en la ventana y tertulia en la puerta vigilando a los niños. O no.

Pero eso era cuando todavía éramos españoles. Cuando beber en la plaza no era botellón, sino una costumbre milenaria. Una costumbre de un país que vivía en la calle y que se había hecho en el ágora. Donde las terrazas eran lo normal en los bares de marzo a octubre, y donde no había calefacciones ni mantitas como en París. Cuando la Cabalgata de Reyes no era “la gran fiesta de los niños” ni chorradas por el estilo, sino una celebración cristiana, a la que estaban invitados todos aquéllos que quisieran sumarse a celebrarla, fuesen cristianos o no. Cuando no se celebraban mamarrachadas ateas alternativas, como vestir a tres viejas borrachas de cabareteras de película del oeste, y llamarlas Libertad,  Igualdad y Fraternidad. Por cierto, que si en justa reciprocidad, la tan odiada Monarquía aplicase hoy la ley de Defensa de la República que promulgó Azaña, esas tres musas estarían ahora en la cárcel y les quedaría mucho para salir. Y el alcalde que les tocaba las palmas -o lo que les tocase- también.


Con todo, hoy es un día triste. A no más de un kilómetro del bar La Junta que ya no es de Cloti, en este mismo distrito de Chamartín, ha ardido una casa. En ella se encontraba un niño de seis años que, supongo que convencido de que su madre iría a salvarlo, se quedó inmóvil en la buhardilla. Tres bomberos y dos policías municipales se han achicharrado los pulmones intentando subir a rescatarlo, pero los cinco han tenido que volverse atrás. Después, el SAMUR ha estado cuarenta minutos intentando traerle de nuevo a la vida. Cuando todos los niños de Madrid estén ateridos de frío o subidos sobre los hombros de sus padres, una madre estará esperando que le entreguen el cuerpo de su hijo. Los juguetes, seguro que ya comprados, habrán ardido con quien iba a jugar con ellos; hoy nadie se acostará pronto y mañana no habrá carreras emocionadas por la escalera. Espero que esta tarde, a la hora que escribo, haya un hueco en la cabalgata para él. Porque luego no habrá picatostes.

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro